martes, 15 de marzo de 2016

Idus de marzo

   ¿Qué venís a hablar, si no tenés un rincón oscuro al que vas, con el rostro hacia la pared, usándolo de refugio contra toda la mierda que te rodea, con la intención de quedarte ahí todo el día?
   ¿Qué venís a hablar, si no disfrutás más el recorrido que llegar a destino porque siempre viajás solo?
   ¿Qué venís a hablar, si, con tus últimas gotas de amor propio, mientras todos se reían de vos no lo hiciste vos también, para no demostrar debilidad?
   ¿Qué venís a hablar, si nunca aplaudieron tus canalladas y criticaron tu humanidad?
   ¿Qué venís a hablar, si nunca te exigieron tanto que el más mínimo error se castigaba con crueldad, sin tener en cuenta tus capacidades?
   ¿Qué venís a hablar, si no te apuñalaron por la espalda como a Julio César, y como un perro humillado no fuiste a lamerte las heridas y le ladraste a quien se te acercó a intentar ayudarte?
   ¿Qué venís a hablar, si no te quedaste sin vaselina de tantas veces que la usaste para meterte tu orgullo en el culo, solo para volver a cagarlo cada vez más grande hasta que al final se terminó tapando el inodoro?
   ¿Qué venís a hablar, si no sentís que se te sale el corazón del pecho al ver a alguien a la distancia, y al acercarte te das cuenta que no era quien esperabas?
   ¿Qué venís a hablar, si no podés ver a los thestrals?
   ¿Qué venís a hablar, si tu mejor cumpleaños no fue aquel en el que amaneciste sólo, al borde de una zanja en una esquina desconocida, con una botella de whisky a medio terminar?
   ¿Qué venís a hablar, si no terminaste con la mano vendada después de pegarle a la pared del baño, de la cancha, de la escuela, del laburo, de tu casa, y a la cara de tu mejor amigo?
   ¿Qué venís a hablar, si no pretendés demostrar indiferencia por todo porque te enseñaron que darle importancia a algo está mal?
   ¿Qué venís a hablar, si cuando querés manifestarle afecto a alguien no te sale, en vez de eso, mirarlo con repulsión y decirle "idiota", como si de verdad creyeras que es un idiota?
   ¿Qué venís a hablar, si no tenés miedo de sonreir?
   ¿Qué venís a hablar, si no sos tal como imaginabas ibas a ser, que es todo lo que siempre odiaste, porque te diste cuenta tarde que ambas cosas son lo mismo?
   ¿Qué venís a hablar, si no te hacen creer que sos libre cuando tu celda es infinitamente grande?
   ¿Qué venís a hablar, si tiempo atrás no lloraste tanto que ahora sos incapaz de hacerlo aunque quieras?
   ¿Qué venís a hablar, si cuando creíste tocar fondo no caíste un poco más?
   ¿Qué venís a hablar, si nunca bajaste los brazos?
   ¿Qué venís a hablar?
   Callate, soltame, rajá de acá... no, por favor quedate, sentate frente a mí. O mejor a mi lado, no puedo levantar la mirada para verte a la cara.
   ¿Sabés? El problema no es que ya haya tocado fondo o todavía no. El problema es que, si averiguo como caer aún más bajo, lo voy a hacer sin duda alguna.
   Mejor me voy yo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario